Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. 

HIMNO

Cuando la luz del día está en su cumbre,
eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la Vida.
 
Eres resurrección, palabra y prenda
de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.
 
Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro,
de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
cabal acontecer de nueva vida.
 
Concédenos, oh Padre omnipotente,
por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,
vivir ahora el fuego de tu Espíritu,
haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.

Salmo 22
EL BUEN PASTOR
El Cordero los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida (Ap 7, 17).

El Señor es mi Pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
 
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
 
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
 
Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
 
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

Ant. Los profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.

Ant. 2. El ángel Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.»

Salmo 75
ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA
Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo (Mt 24, 30).
I

Dios se manifiesta en Judá,
su fama es grande en Israel;
su tabernáculo está en Jerusalén,
su morada en Sión:
allí quebró los relámpagos del arco,
el escudo, la espada y la guerra.
 
Tú eres deslumbrante, magnífico,
con montones de botín conquistados.
Los valientes duermen su sueño,
y a los guerreros no les responden sus brazos.
Con un bramido, oh Dios de Jacob,
inmovilizaste carros y caballos.

Ant. El ángel Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres.»

Ant. 3. María dijo: «¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin perder mi virginidad.»

II

Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti
al ímpetu de tu ira?
Desde el cielo proclamas la sentencia:
la tierra teme sobrecogida,
cuando Dios se pone en pie para juzgar,
para salvar a los humildes de la tierra.
 
La cólera humana tendrá que alabarte,
los que sobrevivan al castigo te rodearán.
Haced votos al Señor y cumplidlos,
y traigan los vasallos tributo al Temible:
Él deja sin aliento a los príncipes,
y es temible para los reyes del orbe.

Ant. María dijo: «¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin perder mi virginidad.»

TERCIA

LECTURA BREVE Is 2, 11

Los ojos orgullosos serán humillados, será doblegada la arrogancia humana; sólo el Señor será ensalzado aquel día.

V. Los gentiles temerán tu nombre, Señor.
R. Los reyes del mundo tu gloria.

ORACIÓN

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz  que cuando vuelva en su gloria, al final de los tiempos, podamos alegrarnos al escuchar de sus labios la invitación a poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.

SEXTA

LECTURA BREVE Is 12, 2

Él es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.

V. Acuérdate de nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R. Visítanos con tu salvación.

ORACIÓN

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz  que cuando vuelva en su gloria, al final de los tiempos, podamos alegrarnos al escuchar de sus labios la invitación a poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.

NONA

LECTURA BREVE Dn 9, 19

¡Señor, escucha! ¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y obra! ¡No tardes más, por ti mismo, oh Dios mío, pues tu nombre se invoca sobre tu pueblo!

V. Ven, Señor, y no tardes.
R. Perdona los pecados de tu pueblo.

ORACIÓN

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz  que cuando vuelva en su gloria, al final de los tiempos, podamos alegrarnos al escuchar de sus labios la invitación a poseer el reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.

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